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martes, 25 de enero de 2011

Qilombo. Fábula del Fin

Gustavo Barrera, Carolina Benavente (ed.), Carolina Ibarra, Ignacio Ramos, Sergio Pallaleo

Qilombo. Fábula del Fin por Carolina Benavente Morales, ed. se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial 3.0 Unported. Permisos que vayan más allá de lo cubierto por esta licencia pueden encontrarse en http://sites.google.com/site/therealcarolin/


Presentación y procedimientos

La primera versión de este texto de escritura colaborativa fue realizada en el taller Artistas & Cultura Popular SCL 2010, como consecuencia de la invitación cursada a la editora por revista Plus. Soporte de Inscripción Contingente, de Concepción, para que coordinara una dinámica editorial de escrituras participativas. En este taller, llevado a cabo en Santiago de Chile en octubre 2010, se generaron además y sobre todo diferentes ensayos individuales acerca de la relación entre los artistas y la cultura popular, los cuales pueden revisarse en el post respectivo dentro de este blog. Después de hacer el envío final de estos textos a Plus, la editora decidió publicar el texto colectivo y darle libre acceso en Internet para que pudiese ser intervenido libremente por otras personas.

Por lo anterior, los interesados pueden modificar este texto en cualquiera de sus partes, según cualquier género literario y mediante cualquier forma de inserción, siempre que preserven cierta coherencia narrativa o argumental con lo escrito en forma previa, dentro de su polifonía, o resguardando un cierto grado de armonía que no excluye la posibilidad de introducir algunas disonancias. Por ello, se recomienda leer la totalidad del texto antes de modificarlo, prestando atención a sus recovecos, sus planos intermedios y sus ejes globales. El conjunto será revisado periódicamente y, en caso de necesidad, será modificado por la editora general a partir de los criterios señalados.

Por último, se solicita amablemente a quienes participen de esta aventura colectiva que se añadan como autores junto al resto, en orden alfabético, pudiendo para ello ocupar tanto su nombre verdadero como un alias, un seudónimo o un anónimo.

Atentamente,

La editora

Qilombo. Fábula del Fin puede ser leída y/o intervenida en el link:

Entrega final. Artistas & Cultura Popular SCL 2010. Dinámica editorial Plus de escrituras participativas

martes, 26 de octubre de 2010

Informe de 3ª sesión Taller Plus - Casona San Isidro UCSH

Taller Plus Artistas & Cultura Popular SCL 2010,
patio Casona San Isidro, UCSH
Informe de 3ª sesión (solo fotos)
Taller Artistas & Cultura Popular SCL 2010
Casona San Isidro, Depto. de Educación en Artes, UC Silva Henríquez

La tercera y última sesión del taller estuvo muy buena, con harto público, mucha interacción y tiempo suficiente para explayarse, excepto en el caso de los dos últimos talleristas (Gustavo y Sergio V.). La dinámica seguida fue que, después de la lectura de cada uno, se abría una ronda de preguntas y comentarios del público, el que mostró mucho interés por todas cuestiones abordadas y nos acompañó en su mayor parte hasta el final. Comenzamos a las 18:15 h y terminamos cerca de las 21:15 h, por lo cual fueron tres horas muy bien aprovechadas. Por falta de tiempo no puedo esta vez hacer un resumen de lo abordado y debatido, pero dejo algunas fotografías del evento, el que fue muy estimulante para todos los participantes.

Lectura de Rudy Pradenas
Estudiantes de la UCSH
Lectura de Samuel Ibarra
Estudiantes UCSH riéndose con lectura de Samuel Ibarra
Los talleristas Sergio Valenzuela E., Samuel Ibarra, Rudy Pradenas,
Ignacio Ramos y Gustavo Barrera
Estudiantes USCH y, apoyando con la cámara, los Arte Papi,
Leonardo Quezada y Francisco Villarreal

Intervención de Sergio Pallaleo
Amigos presentes: Sergio Alfsen, Carolina Schmidt y, entre ellos,
el tallerista Samuel Ibarra
La coordinadora videando a Sergio Pallaleo
Lectura de Carolina Ibarra con Sergio Valenzuela en el video
Lectura de Sergio Valenzuela E. con Ignacio Ramos y Gustavo Barrera detrás
La coordinadora grabando a los talleristas

lunes, 25 de octubre de 2010

Hoy 3a y última sesión Taller Plus / Casona San Isidro UCSH

Hoy lunes 25 de octubre, a partir de las 18:00 h, se llevará a cabo en la Casona San Isidro, Depto. de Educación en Artes de la UC Silva Henríquez, la tercera y última sesión pública del taller Artistas & Cultura Popular SCL 2010.

En esta oportunidad, revisaremos los avances realizados desde la segunda sesión y discutiremos modalidad de redacción de un texto colectivo. Se pondrá énfasis en discutir las prácticas artísticas de los integrantes del taller en su relación con la cultura popular y, como siempre, se pondrá el acento en la discusión tanto entre los talleristas como con el público asistente.

Dirección: San Isidro 560 esq. Santa Isabel, metro Santa Lucía
(saliendo del metro bajar por San Isidro hacia el Sur hasta media cuadra después de Santa Isabel).

Entrada liberada

Leer artículo en periódico El Ciudadano


sábado, 23 de octubre de 2010

Informe de 2ª sesión Taller Plus - CAM, Sala MNBA, Mall Plaza Vespucio, 18/10/2010

Vista del taller en CAM (Centro de Arte Móvil). Foto de César Scotti.
Tal vez la principal característica de esta sesión, realizada en el Centro de Arte Móvil estacionado en la sala del MNBA de Mall Plaza Vespucio, fue la intimidad. La asistencia de público fue más reducida que en la primera sesión y, debido a que teníamos poco tiempo para trabajar, el diálogo se produjo principalmente entre nosotros, es decir, entre Gustavo Barrera, Ignacio Ramos, Rudy Pradenas, Sergio Pallaleo, Carolina Ibarra y yo, pues Samuel Ibarra no pudo llegar a la sesión. Aún así, nos acompañaron con valiosas preguntas y comentarios Javiera Asenjo y Coco González, entre otras personas, mientras que César Scotti nos tomaba bellísimas fotografías. No puedo esta vez hacer un resumen completo, como la vez pasada, pero puedo explicar brevemente los cambios que hubo en los textos entre la primera y la segunda sesión, lo que haré siguiendo su orden de llegada.
Explicándole a Javiera Asenjo en qué consiste el taller.
Fotograma de video de registro de C. Benavente.
Gustavo Barrera siguió caracterizando el arte chileno en términos de su eurocentrismo, así como su desconexión respecto de "lo popular", pero desarrollando en mayor medida su argumento en relación a la hibridez latinoamericana y al contexto urbano. De manera similar a la exhibición de indígenas fueguinos en el París del siglo XIX, la Casa de Vidrio -mediante lo que él llama, desde la arquitectura, el "estilo internacional"- exhibió hace algunos años atrás "la privacidad de una ciudadana híbrida, fruto de la mezcla, tanto en sus orígenes étnicos como en sus costumbres", originando reacciones diversas y encontradas mediante la cual, no obstante, "estilos de vida masivos y convencionales [...] se miran a sí mismos con curiosidad, o con desprecio, por considerarse carentes de interés, de sorpresa" (p. 4). El vínculo de la cultura popular con la cultura latinoamericana también fue trabajado más estrechamente por Ignacio Ramos en esta oportunidad. En su caso, vuelve a llamarnos la atención sobre la necesidad de "mirar con suspicacia" la constantes enmiendas en la construcción identitaria de los Estados-nación americanos por medio, en particular, de sus folcloristas, ya que en este proceso siempre faltará una "pieza clave". Haciéndose parte de este proceso, da cuenta de un actual "vaciamiento absoluto de lo popular respecto a algunas de las cargas semánticas que han sido claves para su utilización", llamando a revitalizar y descartuchar el país mediante una reivindicación del goce, juntando los cuerpos al ritmos de un "son sabrosón".
Ignacio Ramos, de lentes, nos entrega su opinión.
Fotograma del video de registro por C. Benavente.
Sergio Pallaleo, quien ya había abogado por superar las divisiones discriminatorias entre lo culto y lo popular, añade ahora, no obstante, una caracterización de lo popular vinculada a su simpleza y en tanto "propia expresión de lo latinoamericano". La cultura popular, en su perspectiva, es aquello que permite romper con la tradición europea, afirmando una libertad, y esto es lo que vuelve importante su surgimiento en nuestros países. En su ingreso a este taller, Rudy Pradenas coincide a rasgos generales con este enfoque, aunque dialoga con el poscolonialismo. Hoy en día, nos dice, la cultura popular tiene una acepción vinculada a lo masivo, pero tiene también otra, crítica, que la vincula a lo subalterno, definiéndola como irrepresentable. Si bien es necesario cuestionar nuestra relación empática con esta cultura, pensarla como mero "reproductor" de la hegemonía no es de utilidad, permitiendo las nociones de reciclaje e hibridación ampliar el debate. En el marco de una lucha por el discurso, el arte latinoamericano ha incorporado constantemente el imaginario popular como estrategia de subversión, planteándose "como el catalizador estético de esta subjetividad desbordada entre la dependencia cultural y económica y la constitución de una identidad posible entre múltiples cruces y tensiones". Abordar la relación entre artistas y cultura popular permite pensar la cuestión de los límites entre centro y periferia tanto a nivel local como en una dimensión colonial, pero teniendo presente que lo haremos "desde un arte que, en sí mismo, [...] tiene la condición de ser marginal y marginalizante".

Escuchando la lectura de Rudy Pradenas.
Fotograma del video de registro de C. Benavente.
Sergio Valenzuela E., por su parte, amplía su reflexión esquemática de 12 a 21 puntos. Mientras en su primera entrega perfilaba un plan de acción geocultural consistente en llevar a cabo una residencia en un lugar cercano a Santiago, de manera de aproximarse a lo popular, ahora incorpora la reflexión sobre lo popular en tanto praxis, más que en tanto pensar, y valida por medio de ello su discurso. Asoma en éste un posicionamiento crítico respecto de las elaboraciones teóricas complejas, así como respecto de la propia escritura, la que debiera cumplir un papel concientizador. En el punto 18 señala: "Si escribo debería comenzar así 'Ojalá se despierten los ahueonados...'". En una primera entrega textual, Samuel Ibarra había tratado la cuestión del cuerpo, por lo cual se le solicitó redactar un texto que se ciñera mayormente al tema del taller. En su nuevo escrito, propone investigar lo flaite en diferentes niveles. Basándose en estudios sobre subjetividad juvenil en América Latina, refiere al carácter discriminatorio que reviste el uso del término en la "ciudad neoliberal" y en los medios, cuestión que plantea abordar, por una parte, analizando una suerte de "manifiesto" anti-flaite [publicado en Internet]. Por otra parte, buscando "destramar la visión unilateral que muchas veces las ciencias sociales y también el arte han construido cuando se trata de trabajar la diferencia como tema", propone investigar el caminar y el vestir flaites como elementos de "colonización y descolonización".
Sesionando en el CAM. Foto de César Scotti.
Carolina Ibarra también aportó con un nuevo texto, apéndice del anterior. Mientras su primera contribución versaba sobre la transdisciplina, en su nuevo escrito perfila más brevemente, pero de modo efectivo, la idea de la mezcla de saberes como estallido, desde un lugar de enunciación que es el Mall Plaza Vespucio. Su escrito apunta en general a perderle al miedo a contaminarse con sus imaginarios de consumo "porque la naturaleza es movimiento, ambivalente y transgénica" y porque el mall tiene "leyes propias de ecosistema falso y de atmósfera ficticia a la que no hay que temerle porque nunca vencerá". Por eso, su llamado es a dar "muerte a Baudrillard".
La coordinadora de pie. Foto de César Scotti.
Como coordinadora (Carolina Benavente) y debido a que no teníamos mucho tiempo para trabajar, mi intervención fue mucho más importante que en la primera sesión. En primer término, le solicité a Rudy Pradenas que nos leyera su texto, ya que no había tenido la oportunidad de hacerlo, después de lo cual algunos talleristas le solicitaron explicaciones e ilustraciones, cuestionando, en particular, su visión de lo popular como "subversión" y su crítica de la cultura masiva. Después de ello, invité a cada tallerista a que explicara los cambios ocurridos entre la primera y la segunda versión de sus textos, vinculándolos en particular a sus lecturas de los textos de los demás talleristas, y fui introduciendo a partir de esta revisión diferentes aspectos que debiesen ser tratados mayormente por los talleristas: la dimensión arquitectónica y urbanística presente especialmente en Gustavo Barrera, pero también en Rudy Pradenas, Samuel Ibarra y Carolina Ibarra; las distinciones entre diferentes nociones de lo popular como folclor, masivo, rural, urbano, etc.; una mayor problematización del artista como constructor de lo popular, cuestionamiento que aparece en el texto de Rudy. Los comentarios de Coco González estuvieron principalmente orientados a dimensionar lo popular en una perspectiva histórica, evocando el barroco americano y el éxodo hacia lo rural de la Colonia Tolstoiana, entre otros.
Sergio Valenzuela y Coco González antes de iniciarse la sesión.
Foto de César Scotti.
La sesión se inició a las 19:15 h y cerró un poco después de las 21:00 h, con una duración cercana a las dos horas que no nos permitió ahondar mayormente en los textos, pero sí ir perfilando algunos grandes ejes de la cuestión. Como coordinadora, me comprometí a enviar un esqueleto de base para elaborar el texto colectivo, invitando a los talleristas a reescribir sus textos para la tercera y última sesión, a llevarse a cabo el día lunes 25 de octubre de 2010 en la Casona San Isidro, Depto. de Educación en Artes de la U. C. Silva Henríquez. Una vez que abandonamos el Centro de Arte Móvil, la Sala del MNBA y el Mall Plaza Vespucio, tomamos el metro en dirección al Centro e Ignacio Ramos nos invitó a seguir con la conversación en su casa, cerca de la estación de metro Santa Isabel. Algunos se quedaron allí hasta las 5:00 h de la mañana, afiatándose los lazos entre los talleristas.
Coco González, Rudy Pradenas, Carolina Ibarra, Carolina Benavente
Gustavo Barrera, Ignacio Ramos, Sergio Valenzuela y Sergio Pallaleo
 en las afueras del Mall Plaza Vespucio. Foto de César Scotti (gracias).
La segunda entrega de los textos puede descargarse aquí o bien leerse en el archivo incrustado abajo.

sábado, 16 de octubre de 2010

Taller Plus: Textos Segunda Entrega

Artistas & Cultura Popular SCL 2010
Textos Segunda Entrega (18/10/2010) 


Editora: Carolina Benavente Morales
Autores: Gustavo Barrera, Ignacio Ramos, Sergio Pallaleo, Rudy Pradenas, Sergio Valenzuela E., Samuel Ibarra, Carolina Ibarra.

Convoca: Revista Plus. Soporte de Inscripción Contingente (Concepción)

En Santiago siempre falta tiempo para todo, especialmente en esta época del año. Pese a ello, la mayor parte de los talleristas encontró un minuto para dedicarse a reelaborar sus escritos o bien a redactarlos, si es que su primera entrega no se apegaba tanto al tema de la relación de los artistas con la cultura popular. Además, se nos sumó el artista y teórico visual Rudy Pradenas, a quien le damos la bienvenida. Las contribuciones, enviadas entre el 12 y el 20 de octubre, abordan diferentes problemas, desde diferentes perspectivas y con estilos propios bastante bien marcados. Algunas miradas son más especializadas y académicas y otras son más experienciales, pero todas aportan desde el punto de vista de los diagnósticos y las propuestas.



El documento de la segunda entrega puede leerse abajo o bien descargarse aquí.



Licencia Creative Commons
Artistas & Cultura Popular SCL 2010. Textos Segunda Entrega. by Carolina Benavente Morales, ed. is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Unported LicensePermissions beyond the scope of this license may be available at http://sites.google.com/site/therealcarolin/.

martes, 12 de octubre de 2010

Informe de 1ª sesión Taller Plus - Bar Chancho Seis, Barrio Yungay, 4/10/2010

Sergio Valenzuela, Tatiana Peña, Carolina Ibarra, Samuel Ibarra, Carolina Benavente,
Ignacio Ramos, Andrea Ocampo, Sergio Pallaleo, Gustavo Barrera

Artistas y Cultura Popular SCL 2010


Taller editorial público
Coordina: Carolina Benavente M.
Convoca: revista Plus. Soporte de Inscripción Contigente (Concepción).

Informe de 1ª sesión
Bar Chancho Seis, Barrio Yungay, Santiago, 4 de octubre de 2010


Se realizó en Bar Chancho Seis la primera sesión del Taller Editorial Artistas y Cultura Popular SCL 2010, coordinado por Carolina Benavente y convocado por revista Plus de Concepción. Asistieron a él todos los participantes, con excepción de Paulina Zubicueta, por un impedimento laboral de último minuto. Después de las presentaciones de rigor, los talleristas leyeron sus textos en orden de llegada a la coordinación y se inició una primera ronda de comentarios. La mayor parte de los escritos llegaron tarde, por lo cual los talleristas no tuvieron tiempo suficiente para leerlos detenidamente y tuvo que cambiarse la modalidad de trabajo planificada en un principio. En lugar de analizar y criticar los textos, procurando establecer ideas principales y estilos de escritura, los talleristas emitieron opiniones sobre el conjunto de los textos, así como en general acerca de la cultura popular. El taller se inició a las 19:00 h y terminó cerca de las 23:00 h, con lo cual duró casi cuatro horas, aunque éstas no se sintieron pues la charla fue muy animada.


Hago en primer lugar una reseña de los artículos, después de lo cual doy cuenta de lo debatido, basándome para ello en mis notas personales. Aunque procuré rescatar lo principal de cada intervención, éstas no están exentas de errores y omisiones y les ruego a los participantes hacerme notar los casos en que sean demasiado importantes.
Sergio Pallaleo, Gustavo Barrera y público asistente
Síntesis de los textos, 1ª versión

En su colaboración, titulada "Poesía como instancia de comprensión del sentido de lo humano" y escrita desde el punto de vista del pensamiento latinoamericano, Sergio Pallaleo abogó por un cambio de mentalidad tendiente a superar la demarcación de fronteras que opera, por ejemplo, entre distintas formas de la poesía ("docta, popular, barroca, contemporánea, etc."). Ocupando la metáfora del río, este autor llamó a percibir que tales fronteras, en lugar de dividirnos, nos unen, como miembros que somos de la especie humana, "pues todas las mañanas debemos vernos las caras para obtener el agua fresca". Conectando con esta sospecha respecto de las separaciones, en "Artes ilustradas y/o culturas populares"Gustavo Barrera vincula los límites entre ambas a afanes jerárquicos constantemente puestos en entredicho. En su opinión, las artes ilustradas se caracterizarían por dar lugar a "obras de autor" que, no obstante, imitan ejemplos extranjeros, guiándose por una lógica de la inserción dentro de una "vanguardia cultural global". Las artes populares, por su parte, se caracterizan por su autoría colectiva, presentando el problema de ser asfixiadas por la tradición. "Tal vez la única posibilidad de lograr una creación genuina y trascendente esté en el cruce de las artes ilustradas y las populares. Una aporta visión, conocimiento y creatividad y la otra aporta el alma, la vinculación y fuerza expresiva", señala, y, mediante el ejemplo de la aparición de la "Casa de Vidrio" (Chile) en El Semanario de Lo Insólito (México), da el ejemplo de la desconexión existente entre lo ilustrado y lo popular en el vasto e inasible espacio cultural latinoamericano.
Ignacio Ramos, Andrea Ocampo y Sergio Pallaleo
En "Dilemas de lo popular"Ignacio Ramos observa lo problemático de la noción de "lo popular", en tanto "ruedo de disputa" que permite establecer binarismos y movilizar deseos, a la vez que designar multitudes movilizadas o parcialmente integradas. En cualquier caso, señala, la noción hace visible y a la vez invisibiliza, lo que explica que la obra de los folcloristas americanos constituyan "constantes remedos y enmiendas [...] en torno a la identidad de un pueblo-nación, un pueblo-local, un pueblo-continental o de un pueblo-conciencia, en donde siempre faltará una pieza clave… y eso, más allá de la participación real de los conglomerados aludidos en su proceso de representación". De allí la necesidad de mirar estos procesos con "suspicacia y ojo atento" termina Ramos.
Sergio Valenzuela, Tatiana Peña y Carolina Ibarra
Carolina Ibarra presentó un texto escrito con anterioridad, titulado "Rollin'on transdisciplina (aquello que aún no se puede nombrar)", donde aborda indirectamente el tema planteado. Su cuestión es la transdisciplina, definida como "cruce de lenguajes en el arte" que está asociado a una "demolición de jerarquías" en el contexto de la globalización y de Internet, permitiendo el triunfo de la "política winner del looser" y su transformación en materia de mercado, lo que explicaría, por ejemplo, el éxito de la serie televisiva del Dr. House. Pese a este relativo triunfo, el carácter "ni chica ni limonada" del artista transdisciplinario lo sigue manteniendo apartado de la oficialidad artística y, justamente, el peligro que enfrenta es el de excusarse en su "estar fuera" para no darle continuidad a su trabajo, situación aún más acentuada en "países sin historia". Afortunadamente, observa, los gobiernos concertacionistas repararon hasta cierto punto la "autoestima de la identidad" en nuestro país, permitiendo que los artistas se despreocuparan de las cuestiones relativas al patrimonio y la historia para poder dedicarse a "inseminar lo antiguo y big-banguear lo nuevo". En "PANAMERICANA, contacto con el contexto"Sergio Valenzuela E. expone en doce escuetos puntos su estrategia personal para vincularse con la cultura popular de Santiago mediante un sistema de residencias que, puntualmente, lo llevará a emplazarse en el Cerro El Plomo. La residencia es pensada como una instancia que permite entrar en contacto con la comunidad local, definiéndose lo popular como "un adjetivo que funciona como un punto en un mapa, dibujando lo local", y que debe ser "buscado" en ese contexto. A partir de lo anterior, se originan una obra de arte y un texto que respondan a la pregunta acerca de los vínculos entre artistas y cultura popular.
Andrea Ocampo, Sergio Pallaleo y Gustavo Barrera
En "Notas sobre CULTURA POP" Andrea Ocampo señala pensar la cultura popular "como y desde la traducción" y al abismo que la separa de la academia y la crítica cultural como una "perturbación subyacente a toda interpretación". En tanto es una traducción, la cultura popular resulta incómoda. Su carácter de "matriz y reproducción de sí misma a través de su performatividad fenoménica" levanta, por ejemplo, la pregunta acerca de "si acaso Lady Gaga es una repetición de la sociedad de masas o es la sociedad de masas quién se sirve de ella a su destajo". Para la crítica cultural, el problema es que el "saber histórico" popular constituido en épocas recientes codificaría "la experiencia como una instancia prediseñada de emoción y experiencia". La sospecha, entonces, no recaería sobre la cultura popular en sí, sino más bien sobre las actuales "plataformas de multiplicación de la información" que, "siendo ajenas a su materialidad se convierte[n] en su más fiel retrato", traduciéndolas. Ante esta "escenografía de lo fabuloso pensado desde el cuerpo y la tecnología" que constituye la cultura pop, nuestra capacidad crítica queda develada y borroneada a la vez. Entonces "la sospecha y la libertad de la traducción seducen y reconocen al pensamiento, a través de la crítica (cultural, en nuestro caso)", encontrando en la escritura como "estancia preferida" de la traducción el "único modo de libertad que nos queda", finaliza Ocampo.
Samuel Ibarra, Tatiana Peña y Sergio Valenzuela
En "El cuerpo como plano de referencia", texto de Samuel Ibarra redactado con anterioridad a esta convocatoria y editado (recortado) por la coordinadora debido a su extensión, el autor aborda indirectamente la cuestión planteada estableciendo que el cuerpo humano ha sido supeditado a la mente, además de estratificado y fragmentado mediante diferentes disciplinas. Desde la medicina, en particular, se ha elaborado la idea del "cuerpo-cadáver" como masa orgánica, viéndose afectada nuestra relación con la muerte como misterio. Desde la psicología, en cambio, el cuerpo se construye como una proyección mental, dándose origen a un cuerpo-fantasma.
Sergio Valenzuela y Tatiana Peña
La ronda de lecturas de textos individuales culminó con "Re made. Sobre el mundo que verdaderamente habito", de Tatiana Peña. Este texto no ha sido enviado aún a la coordinadora, pero ésta dispone de una copia impresa que le fue entregada por la autora en la 1ª sesión. Afirmando distanciarse de la teoría, Peña caracteriza su trabajo como esencialmente narrativo y visual, además de barato en términos de sus técnicas y general en términos de sus códigos. Su interés por la cultura popular surge de su vinculación familiar con el campo, así como de la necesidad de reconocerse en esas vivencias desde el "bio-ritmo" citadino que le impone, ahora, la mezcla de signos que lleva a cabo mediante la xilografía y la gráfica. Por medio de su trabajo y como profesora de artes visuales, señala la existencia de "algo que está ahí dormido bajo tanta teoría"; algo sobre lo cual, sin ser tan buena para hablar de ciertas cosas, puede entregar algunas ideas.


En el público asistente, Luis Venegas y Claudia Kennedy.
Detrás de la barra, Juan Carlos, dueño del Chancho Seis

Síntesis del debate, 1ª versión

Finalizada la ronda de lecturas de los textos individuales, la coordinadora realizó una breve síntesis de cada texto leído, invitando a la tallerista Andrea Ocampo a dar su opinión respecto del escrito de Sergio Pallaleo. Ocampo replicó que era muy poco el tiempo que se había tenido para leerlos y que cabía más bien entregar impresiones generales, así como dar la palabra al público. Aparentemente, ninguno de los talleristas se sentía capaz de comentar con acuciosidad los textos presentados, por lo cual se modificó la modalidad del taller, alternándose la palabra entre talleristas y asistentes al lugar en una discusión sobre el tema planteado. Aunque el público no era mucho, fue muy participativo y aportó con ideas tanto respecto del tema trabajado como respecto de la dinámica, manifestando algunos su intención de seguir aportando a ella.

Se tomó la palabra Samuel Ibarra (tallerista), quien subrayó la importancia de lo popular como problema. En su opinión, sería necesario aprender a leer la radio, las artesanías, las ferias, preguntándose quién habla por medio de ellas y desnaturalizando los discursos sociales existentes. Por “pueblo” se designa a las multitudes, pero el pueblo hoy ha sido desplazado por la gente, explicó Samuel, frente a lo cual Luis Venegas (público) observó que lo popular funcionaba hoy en día como deseo desplazado por la dictadura, por lo cual existiría un temor a hablar de lo popular. Gustavo Barrera (tallerista), por su parte, hizo notar que el mismo término, “lo popular”, estaba siendo ocupado para designar fenómenos diferentes, por lo cual cabría distinguir entre “lo popular” y “lo pop”, tema abordado por Andrea Ocampo, y, con respecto al texto de Sergio Pallaleo, destacó su intención de establecer un marco de comprensión de lo popular y de situarlo como actividad humana. Andrea Ocampo (tallerista), por su parte, añadió a la reflexión de Samuel Ibarra y Luis Venegas que el pueblo también había sido desplazado por el lumpen, después de lo cual apuntó a la relación entre cultura popular y seducción y entregó una opinión breve sobre cada uno de los textos de los talleristas.

Aludiendo al escrito de Sergio Valenzuela, Rodrigo Peralta (público) planteó la necesidad de llevar a cabo un análisis del territorio en que se llevaba a cabo la primera sesión del taller, es decir, el Barrio Yungay, concibiéndolo como “territorio de historias” y tomando conciencia de su historicidad popular como manera de superar un estancamiento. A juicio de Sergio Valenzuela (tallerista), lo popular es, precisamente, un término anterior en la historia del país que requiere un “desripiamiento”, una vivencia desde lo nuevo, no desde lo añejo, y que en cualquier caso va variando en el tiempo y el espacio. Esto hace necesario, para percibir la especificidad de lo popular, vivir lo popular de cualquier zona, lo que implica vivir en la zona misma, pero desde un desplazamiento, pues “estando dentro cuesta mucho”. Señaló asimismo que existen diferentes culturas populares, recalcando la necesidad de situarse en los espacios concretos donde éstas surgen. A continuación señaló que todos los textos participantes le serían de mucha utilidad para la formulación de su proyecto de residencias y, en particular, rescató la metáfora del espejo trabajada por Gustavo Barrera y notó el contraste entre lo popular y lo barroco de los textos sobre artes visuales versus la blancura de las misma.

Roberto en el público y Rodrigo Peralta haciendo cámara


Después de señalar que todos los textos manifestaban una diversidad transdisciplinaria que, en su caso, se relacionaba con un pasado de investigación y ciertas obsesiones, Carolina Ibarra (tallerista) destacó cómo a un curador como Gerardo Mosquera le llamaba la atención la frialdad del arte chileno y cómo, en contraparte, lo popular tiene un atractivo vinculado a cierta ficción de participación que es necesario igualmente cuestionar. Señaló, por ejemplo, cómo La Lira Popular se había convertido con los gobiernos de la Concertación en una especia de Andy Warhol del Centro Cultural La Moneda. En cuanto a los textos, observó que problemas comunes eran los de la jerarquía, la isometría, el borde, el fuera y la instalación, planteándose asimismo la pregunta acerca del catastro de lo popular como fenómeno en movimiento. De ello proviene asimismo el atractivo de lo popular, que requiere por ende de técnicas tal vez similares a las cinematográficas que permitan captar fotogramas, más que fotografías. A continuación, Roberto (público), observó que, paradójicamente, los talleristas estaban instalados en la mesa formando dos ghettos: el de los artistas a su mano izquierda y el de los cientistas sociales [o más bien humanistas, n. de la coord.] a su mano derecha. Con respecto al texto de Sergio Pallaleo, destacó cómo él efectuaba por medio de su poesía “choriza” una ruptura epistemológica respecto del lugar desde el cual hablamos, ya que su lenguaje es crítico, distanciándose de lo netamente marginal. El problema mayor, a su juicio, es el de las dicotomías y, puntualmente, el de cómo aplicar o rescatar “lo popular”, noción que ya ha sido muy resignificada, escapando de las dualidades instaladas sin caer en la construcción de una alteridad.

Sergio Pallaleo (tallerista) asumió que su texto había fracasado, ya que no había sido capaz de hacerse entender y precisó algunas ideas adicionales. Concordando en cuanto al miedo existente a nombrar lo popular en la esfera política, señaló que esto respondía a que lo popular rompe las formas, por una parte, y a que los grupos musicales populares, como por ejemplo los de música andina, transmiten mensajes para la acción, lo que remitía a la necesidad de cambiar las formas por ejemplo en el terreno de la educación. Consultado por la coordinadora respecto de su uso de un lenguaje distante de su poesía “choriza” en el texto presentado, señaló que lo hizo así porque pensó que el público sería distinto, más “nice”, con lo cual provocó estallidos de risas entre los asistentes. Lorena Caballero (público) retomó la idea de la resignificación de lo popular ligado, por ejemplo, a lo campesino, a lo urbano, a lo mediático, pero subrayando su vinculación a lo colectivo, mientras que el arte docto elaboraría lo individual. Lo popular, en este sentido, sería la instancia mediante la cual se crea y recrea lo colectivo. En el mismo sentido, Tatiana Peña (tallerista) remarcó que el sueño de lo popular tiene que ver con un lenguaje común de símbolos que hagan fuerza, por lo cual las personas que se dedican a lo popular requieren conocer estos símbolos, rescatando la iconografía que “nos hace ser parte de” y adoptando asimismo iconografía procedente de la esfera pop, pero desde una crítica al eurocentrismo. Destacando lo señalado por Gustavo Barrera en cuanto a los referentes extranjeros, subrayó que el arte chileno carece de identidad, aunque ahora se daría una multiculturalidad mayor, notoria por la presencia de inmigrantes peruanos por ejemplo. Observó asimismo el desplazamiento del pueblo por otro entre, el flaite, así como la distancia existente entre arte popular y arte ilustrado.

Patricio (público), por su parte, señaló que había vivido la dictadura y que todos nos basábamos en lo pasó para atrás. Nada de lo que escuchó le servía, pues no permitía solucionar el problema de los mapuches en huelga de hambre. Lo nuestro, señaló, son los mapuches, los onas, pero preferimos alimentarnos de nuestros dictadores. “¿Qué es Chile?”, se preguntó, y su respuesta fue “nada, pues no tenemos conocimiento de historia y lo que conversamos viene de afuera”. Lo único propio son nuestros ríos. Recordó la época en que hacía pancartas para recibir al presidente de Cuba y señaló que hoy día nos damos vuelta en lo mismo, pues seguimos creyendo que si no hay un cura o un socialista en el poder no habrá revolución. Nicolás Muñoz (público) planteó que era positivo que se estuviesen ocupando espacios para hacer cultura y Andrea Ocampo (tallerista) le retrucó a Patricio que, al menos, en términos de generación estaban intentando salir de “lo mismo”, pues la generación de Patricio, que es la de sus padres, había sido incapaz de hacerlo. A continuación, criticó su noción de lo mapuche como algo puro, defendiendo la necesidad de hibridizar la mirada para explicarse, por ejemplo, porqué un adolescente peruano inmigrante tiene necesidad de vestirse de gótico para ser aceptado por sus pares. Sergio Pallaleo (tallerista), en cambio, rescató la mirada de Patricio, observando que lo señalado por él es que lo nuestro es “la tierra” y que ese problema también se trata regionalmente, ante lo cual Patricio (público) respondió que México no formaba parte de América Latina, pues era una cola de los Estados Unidos.
Al terminar la sesión
Francisco Miranda (público) señaló estar muy agradecido del foro, que le había despertado 24.500-03 preguntas, y destacó su carácter de reflexión colectiva, que le parecía interesante y novedoso. En cuanto a lo generacional, precisó ser él mismo ochentero (al igual que Patricio) y haberse acercado a la cultura popular desde el rock -en el que practicaba una rebeldía ligada a la defensa de lo juvenil y lo femenino- debido al trabajo. Para él, hoy lo popular es La Cuarta, la UDI, es decir, lo popular sometido a los mass media, así como la brujería femenina fue perseguida por la medicina masculina. A partir de lo anterior, planteó estar interesado, en particular, por el modo en que puede hacerse lo mejor posible un arte basado en las raíces que pueda ser llevado a lo masivo. Para finalizar, aludió en base a la película Matrix a la idea de “distopía” [lugar indeseable] como opuesta a la “utopía” y nos preguntó de qué manera ayudar, desde lo visual o lo artístico, a que las “pilas energéticas” se despabilen de su actual carácter funcional a la generación de riqueza.

A continuación, Ignacio Ramos (tallerista) coincidió con Francisco en cuanto al interés que presentaba la dinámica caótica y rizomática del taller, precisando que lo motivaba en especial la posibilidad de llegar a una definición instrumental de lo popular, haciendo ver de qué manera se podía participar en diferentes culturas al mismo tiempo (en su caso, Bach, tango o rancheras, por ejemplo) y observando cómo desde lo popular se pueden llevar a cabo importantes resignificaciones de elementos culturales (El General panameño y su autoritarismo del goce, por ejemplo). De allí la posibilidad de hacer arte rescatando un amplio repertorio de elementos vinculados a lo popular. Desde esta perspectiva, la mirada al pasado podría convertirse en una cárcel, pero sería inevitable, estando vinculada a la problemática del arraigo, y la misma disposición debería adoptarse en relación al vínculo entre producción y recepción y entre lo nacional y lo transnacional, generándose una perspectiva de la cultura popular como encuentro y vibración.

Pese a lo anterior, Giorgio Vargas (público) cuestionó la validez de hablar de “lo popular”, pues éste hoy en día sería una transformación del arte pop nacido en el mercado. Por otro lado, en el taller se estaría buscando determinar el significado de lo popular, lo que sería dogmático, y, en su caso, no le preocuparía hablar de lo popular, ya que él lo haría en sus actividades vinculadas a la cultura hip hop. Por ello, estimó que el debate era pura “paja mental”, que le interesaba más un diálogo en base a lo que hacemos, no a lo que pensamos, y que por su parte no se dedicaría a “lo popular”, sino a cualquier cosa. A modo de respuesta, le hice ver (Carolina Benavente, coordinadora) al Giorgio que los conceptos también eran materia de creación y que, en este caso, había invitado a reflexionar sobre “cultura popular”, noción que yo misma rodeaba, más que trabajar específicamente en ella, como un umbral de pensamiento que permitía ingresar a otras y muy vastas zonas culturales, muy lejos del dogmatismo que nos había atribuido. Claudia Kennedy (público), por su parte, señaló que trabajar en torno a la noción de “cultura popular” permitía salir del disciplinamiento académico, constituyendo una forma de resistencia, y se refirió al caso de Andrea Ocampo citando a Arenita y el hecho de que nos reuniéramos en un bar como el Chancho Seis en lugar de ir a Mc Donald’s [… aunque yo justo ese día había almorzado en ese lugar, n. de la coord.]. A continuación, Carolina Ibarra (tallerista) le replicó al Giorgio que uno devenía investigador por necesidad, mientras que a Patricio le hizo notar que la palabra “revolución” hoy día no tenía mucho sentido, pero sí la de “resistencia”, que nos permitía ocupar pequeñas trincheras. Luis Venegas (público) le agradeció la precisión a Carolina Ibarra y observó cómo, frente al higienismo del arte visual oficialista, reverbera el “pasarse a caca” de la cultura popular.
Esperando la limo
Juan Carlos (público) señaló ser artista visual antes que dueño del Bar Chancho Seis y formuló su crítica contra los panelistas, que estimó ser tan tiesos como Enrique Maluenda, Antonio Vodánovic o Felipe Camiroaga al momento de bailar. Defendió a Patricio por ser popular de verdad y criticó a los panelistas por no dejarlo hablar, recordando que cuando solía ir a actividades culturales en el Instituto Goethe no se atrevía a hablar porque pensaba que lo hacía mal. Nos llamó a tratar de ser más abiertos y a recordar que no somos científicos, sino artistas. Pese a que Francisco Miranda (público) defendió el taller como espacio de escucha, cuestión en la que estuve de acuerdo, también concordé (Carolina Benavente, coordinadora) con la crítica de Juan Carlos, explicando que durante la intervención de Patricio sentí presiones de parte de los panelistas para que lo acallara y que en lugar de eso intenté dialogar con él, pues si había elegido el Chancho Seis era precisamente pensando en que podía darse un diálogo (o un no diálogo) de esa naturaleza.

Para finalizar, la sesión se cerró con un brindis por la dinámica, los asistentes, los panelistas, el Chancho Seis y por Violeta Parra, patrona del taller. Eran ya cerca de las 23:00 h y nos dirigimos en grupo a tomar la limosina que nos esperaba a tres cuadras del lugar.



Carolina Benavente Morales, coordinadora
Santiago, lunes 11 de octubre de 2010


Link a archivo PDF Informe 1ª sesión Artistas y Cultura Popular SCL 2010